
La labor de los recolectores de cochayuyo de la región, tiene sacrificios. Uno de ellos, es el pasar las fiestas de fin de año lejos del hogar.

La extracción y venta del cochayuyo es un proceso lento, de varios meses. Como todo trabajo tradicional y vinculado con la naturaleza, tiene sus tiempos. En ese sentido, los “cochayuyeros ” de la región entienden bien que muchas veces, no van a alcanzar a regresar a casa antes de navidad.
Así lo relató, José Manuel Piñanco, que con sus bueyes viajó desde Tirúa hasta la capital regional, en un largo viaje de 6 días. Dice que la modernidad ha facilitado las cosas, le envía dinero a su señora de manera digital, acorde a los tiempos. Pero extraña y echa de menos, porqué es un sacrificio que realizan año a año para llevar el necesario sustento a sus hogares.
“Este año ya no llegamos para la navidad, pasaremos la fiesta lejos de casa, se pasa muy solo. No pierdo la esperanza de estar con mi familia para el año nuevo” sostuvo el cochayuyero.
José Manuel lleva 20 años en el oficio, entiende que es sacrificado y que muchas veces, no alcanza a llegar para pasarla con sus hijos, pero siempre conserva la esperanza de llegar antes que cambie el año.
Nosotros, esperamos lo mismo, ojalá él, y todos los sacrificados “cochayuyeros” lleguen a su casa para dar el abrazo de año nuevo a los suyos, a tiempo.
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