Aunque no existe obligación de enviar a los escolares de manera presencial, muchos padres y apoderados podrían optar por esta opción.
Este año, a diferencia de lo que ocurrió en 2020, muchos establecimientos educacionales tienen mayores certezas de cómo iniciarán el nuevo periodo escolar, uno en el que deberán cumplir con una serie de protocolos sanitarios y generar otros para su comunidad educativa, principalmente para las clases presenciales.
Aunque no existe obligación de enviar a los escolares de manera presencial, muchos padres y apoderados podrían optar por esta opción. Ante este panorama, todavía incierto, el director de Psicología de la Universidad Mayor sede Temuco, Alexis Soto, reconoce a tres actores principales: estudiantes, profesores y padres o apoderados, quienes “van a estar interactuando en constante incertidumbre, cambios y adecuaciones”.
Distintas realidades
“Con emociones encontradas, algunos asistirán a clases por decisión o situación de los padres sin querer hacerlo, y otros queriendo estar en el colegio no podrán hacerlo”, señala Alexis Soto, quien apunta a que este será un primer desafío a superar.
“Aceptar la decisión de asistir presencialmente o asistir virtualmente a clases, el estar desconforme con la decisión sumará más ansiedad que tranquilidad al inicio de clases”, indica. Emociones a las que padres, apoderados y profesores deberán estar atentos.
Asimismo, el directivo dice que quienes están en formato virtual, ya cuentan con la experiencia del 2020, por lo tanto, este formato no les será tan desconocido. “Tendrán experiencia en organizar materias, horarios y actividades”, explica.
En el caso de quienes asistan presencialmente, “es importante la disposición y paciencia, pues el ritmo de clases, al tener dos públicos objetivos, va a ser más lento lo que podría ocasionar más distracciones de las habituales”, aconseja el académico.
Para ambas realidades, virtual o presencial, el director de Psicología de la U. Mayor recomienda evitar la angustia. “Es una realidad común y entre todos tendremos que buscar la forma de resolver los problemas que se vayan presentando”, sostiene.
Sobre los docentes, agrega que “es importante que puedan tener claridad respecto de sus posibilidades reales de actuación, el estar atendiendo a estudiantes en dos vías en simultáneo requiere mayor atención, concentración y recursos”. Asimismo, remarca la importancia de disminuir la cantidad de actividades. En otras palabras: “Se debiera construir algo que sea útil para los que están presentes como para los que no lo están”.
La importancia del apoyo
De acuerdo a lo indicado por el académico, “este escenario podrá distender un poco las relaciones familiares o podrá aumentar la tensión cuando los hijos no compartan las decisiones de los padres o se vayan presentando cambios en las programaciones por las condiciones sanitarias. Debemos entender que hoy el colegio no es el mismo”.
Respecto a estos cambios, el director advierte que es importante que los padres continúen entregando apoyo y acompañamiento, tal como se había otorgado hasta ahora. “La familia es y seguirá siendo el pilar para que los procesos educativos funcionen, y mientras no se pueda tener nuevamente a todos los niños en una sala el tema aún no habrá terminado”, concluye.
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