
El capitán de la tercera compañía de Bomberos, Jaime Aguilera, fue testigo del caso Villarrica 86, investigado por la agrupación Ceifac de la ciudad de Temuco.

En junio de 1986, cerca del atardecer, se produjo el caso ovni más importante de la zona lacustre de nuestra región. Decenas de personas fueron testigos del hecho, incluyendo voluntarios de la tercera compañía de Bomberos de la ciudad.
Este asombroso avistamiento fue reporteado por la Radio Parque Nacional de Villarrica, la que al día siguiente en su noticiero de las 13 horas, realizó una entrevista en vivo a los oficiales y voluntarios del Cuerpo de Bomberos, testigos del inusual acontecimiento.
En un arduo trabajo de investigación Andrea Morales y Néstor Catalán, del equipo Ceifac, fueron al lugar y entrevistaron al capitán de Bomberos Jaime Aguilera y al ex voluntario Luis Morales.
Según los testigos, esa noche estando de guardia vieron dos objetos suspendidos en el aire que parecían tener la forma de una sandía, emanaban un brillo violeta pulsante e iluminaban todo a su alrededor, poco después lograron ver bien el objeto, era un platillo volador.

Algo muy similar es lo que contó la señora Carmen Soto, quien accedió a ser entrevistada en el mismo punto desde donde fue testigo presencial del avistamiento en 1986, cuando ella tenía 9 años:
“Estábamos con mi papá en el patio encerrando las gallinas, cuando de pronto divisé los colores que se asomaban por detrás de los pinos, era un color violeta y rosado pastel, no eran colores fuertes.”
“En ese momento le dije a mi papá que viera los extraños colores que tenía el sol y que una estrella se había caído. Cuando estuve cerca de los objetos, me di cuenta que emitían un zumbido parecido al de un trompo girando. Estábamos ya a unos 500 metros de los pinos por donde bajaron las luces, le dije a mi papá lo que estaba pasando, se asustó y me pidió que me entrara.”
“No supe finalmente qué pasó porque a los dos minutos mi papá se entró y no nos dejó salir más al patio a mí y a mi hermana. Solo pude divisar que estos objetos subían y bajaban entre los pinos lentamente. Pude fijarme que tenían la forma de una pelota de rugby con una pequeña protuberancia arriba. Estos dos objetos alternaban su movimiento, cuando uno subía el otro bajaba. Giraban sobre sí mismos hacía en centro, vale decir, el de la derecha giraba hacia la izquierda y el de la izquierda giraba hacia la derecha.”
Este 24 de junio recién pasado, el capitán de Bomberos y principal testigo del avistamiento de Villarrica 86, abandonó este mundo sin poder encontrar respuestas a la inmensa incógnita que le dejó este encuentro con lo inexplicable en la región de La Araucanía.
Deja un comentario