
Un llamado a ser conscientes de la golpeada situación económica que afecta el mundo rural, específicamente a campesinos y agricultores, hizo Pedro Herrera, representante de la Corporación Kume Ulmen y werkén del Parlamento de Autoridades Ancestrales, ante la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, que busca legislar en torno a reducir las emisiones de combustibles fósiles y el uso de tractores no contaminantes.
“¿De dónde saldrán los recursos para cumplir con la normativa?”, señaló el vocero de la organización y agregó que “como pueblo mapuche compartimos la preocupación por el medio ambiente y la necesidad de reducir las emisiones contaminantes. En teoría, nos encantaría poder adquirir vehículos con tecnologías menos contaminantes y alinearnos con la normativa que busca mejorar la calidad del aire y el bienestar de todos. Sin embargo, queremos ser realistas y plantear una pregunta clave: ¿de dónde saldrán los recursos?”.
En la misma línea, el dirigente agregó que “el pueblo mapuche siempre ha demostrado su respeto por la tierra y la naturaleza, y no será ahora la excepción. Sin embargo, el respeto también implica ser realistas y pedir soluciones que consideren nuestras limitaciones económicas”.
Con vehemencia subrayó que “como gente de campo, sabemos que la carreta va detrás de los bueyes, y que antes de adoptar nuevas tecnologías debemos asegurarnos de que la actividad para la cual necesitamos estas maquinarias opere en un mercado que no esté distorsionado ni marcado por abusos. Solo así estas medidas y las futuras serán sostenibles y podrán generar bienestar para todos. No buscamos vivir en un ambiente lleno de subsidios, sino trabajar en un entorno de mercado justo, sin distorsiones ni abusos”.
Tierra saturada
“A menudo se asume que la transición hacia tecnologías más limpias es accesible para todos, pero la realidad de nuestro pueblo es otra. El Wallmapu, su tierra y sus habitantes han sido víctimas de la extracción de renta por parte de la agroindustria, que, gracias a su posición dominante, ha logrado imponer precios altamente distorsionados. Estos precios no permiten a los agricultores reponer los nutrientes extraídos de la tierra, lo que ha llevado al agotamiento de los suelos y a una disminución en la capacidad de los agricultores para sostener su actividad”.
Herrera, quien lidera la corporación Kume Ulmen que busca unir empresariado y trabajadores en la industrialización de la agricultura, expresó que “en nuestras tierras hemos luchado durante décadas contra el agotamiento de los suelos. Este agotamiento no ha sido un resultado de malas prácticas, sino de la falta de recursos para invertir en la restitución de los nutrientes que han sido extraídos con el tiempo debido a la actividad agrícola y ganadera”.
Tecnología
Para Herrera antes de hablar de nuevas tecnologías es necesario pensar en toda la cadena de trabajo y en la situación en que actualmente está el sur de Chile.
“La incorporación de nuevas tecnologías trae consigo no solo el costo inicial de adquisición, sino también costos elevados de mantención y servicios técnicos que la gran mayoría de los agricultores no pueden permitirse. La realidad es que muchos pequeños y medianos agricultores no tienen acceso a los recursos ni la infraestructura necesaria para sostener tecnologías avanzadas, lo que agrava aún más la brecha entre quienes pueden adaptarse y quienes quedarán nuevamente marginados por estas normativas”.
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