Claudina Uribe, candidata a alcaldesa por Temuco: “Yo soy hija del rigor y del mérito; no tengo ninguna cuna que me avale”

Claudina Uribe es la precandidata a alcaldesa de Temuco por Evópoli. Tiene 40 años y ha dedicado la mitad de su vida al servicio público, promoviendo el emprendimiento en la región de La Araucanía. Es matea: se tituló a los 22 años de ingeniera comercial. Luego, se ganó una beca para estudiar el máster en Economía y Gestión Regional en la sede Temuco de la UACh. 

Al poco a andar, y muy joven, se hizo cargo de la Red de Flores Araucanía; una asociación gremial de 150 mujeres mapuche de 9 comunas con las que logró llevar este producto regional a los mercados de Miami y Los Ángeles en Estados Unidos. 

En 2006 ingresó a Incubatec-UFRO. Pasó por varios cargos, hasta convertirse en la actual directora ejecutiva. En paralelo, también, fue directora de Innovación de la casa de estudios estatal. 

El año pasado fue elegida entre las 100 Mujeres Líderes de La Araucanía. El currículum es extenso y lleno de méritos. Hoy pasa su vida entre sus labores profesionales y la precandidatura a alcaldesa de Temuco que la tiene muy motivada.

Hoy trabaja en Incubatec-UFRO: ¿Cómo nace la idea de entrar al mundo político?

Hoy mi trabajo se divide entre la academia y el mundo de los emprendedores. Hago clases de emprendimiento en la universidad en pre y postgrado. La idea de involucrarme en política nace de un proceso de reflexión de lo que está pasando en la sociedad y de mi convicción pública, que es algo que heredé, quizás, de mis padres, ambos son funcionarios públicos. Me mueve hacer cosas por la sociedad que generen impacto y vayan dejando huella. Me gusta aportar y de ahí viene la inquietud. Yo tengo dos hijas pequeñas y también pensaba en cómo aportar con un grano de arena a la sociedad para el futuro de ellas mismas. En política jamás he estado, pero la veo como una oportunidad para hacer gestión pública: de calidad, transparente y al servicio de toda la gente de Temuco. 

¿Y la familia apoya?

Tengo un marido que es un gran compañero, un apoyo, y ha sido clave en cada logro que he tenido. También ha sido el que me ha levantado cuando he caído, como a todos nos ha pasado. Tenemos dos hijas: una de siete y otra de cuatro años. Tengo plena conciencia que ser alcaldesa de una capital regional como Temuco no es menor; que significa -muchas veces- renunciar a tiempo con la familia; sé que implica un fuerte sacrificio, pero estoy dispuesta a asumir la tarea, con el cariño, con la dedicación y con el profesionalismo que la gente ha visto hasta ahora. 

Por otro lado, creo que el amor por lo público lo llevo en la sangre. Soy hija de funcionarios públicos: mi mamá es técnico paramédico y trabaja en un hospital hace 45 años. Mi papá, que falleció hace diez años, trabajaba en ese mismo hospital como administrativo. Yo crecí viendo cómo el amor por los demás, a través de lo público, va cambiando vidas. 

¿Por qué en Evópoli?

Yo venía siguiendo el proyecto de Evópoli, de lejos, desde que se fundó. Estaba al tanto de lo que persigue. Creo que ha habido coherencia en el tiempo y eso es positivo. Vi un proyecto de largo plazo. Allí, me abrieron espacios, en términos de ser una profesional joven, con ideas nuevas, con ganas de aportar a las políticas públicas y tomé la oportunidad. 

¿Cuál es su relación con las decisiones que ha tomado Evópoli a nivel nacional? 

Este mundo es súper diverso y yo veo que el partido va avanzando a un proyecto. Eso, obviamente, puede generar críticas en algún momento, pero si avanza a paso firme en la reconstrucción de un país más unido -de aquí a los próximos 20 años- para que exista un motor de desarrollo integral, o sea desde el punto de vista económico, social y sin populismos, que son un tremendo riesgo en todos los aspectos, creo que va bien.

Respecto a Temuco: los alcaldes siempre han sido personas con grandes apellidos como Huenchumilla, Saffirio, Becker. ¿Es difícil llegar a ser alcaldesa para una persona que no estaba en política y en medio de este mundo tan machista?

Yo vengo del mundo de la gestión pública: casi 20 años en la Universidad de la Frontera promoviendo el emprendimiento para crear igualdad de oportunidades. Sé que es difícil abrirse camino. Yo soy hija del rigor, de la meritocracia; no tengo ninguna cuna que me avale respecto de los apellidos, pero creo que es parte del cambio que la sociedad necesita. La gente critica, con justa razón, la sillita musical o los mismos de siempre y yo represento lo contrario. Por otro lado, a las mujeres nunca nos ha tocado fácil. Hemos tenido que ir abriéndonos espacios en la política, en las empresas. Vemos cómo en los directorios prácticamente no hay mujeres, pero yo considero que estos cambios sociales llegaron para quedarse. Poco o nada debería importar si tienes un cuna que te avale o no: lo realmente relevante es si tienes las capacidades, la preparación y convicciones sociales. Por eso yo decidí emprender este desafío y poner, también mi humildad, al servicio de Temuco. 

¿Cuáles son los pilares de su candidatura? 

Valoro mucho lo que han hecho los alcaldes anteriores. Temuco en tres décadas ha avanzado mucho, pero los nuevos tiempos también nos ponen nuevas prioridades y demandas ciudadanas a las cuáles tenemos que saber responder. Uno de los principales ejes de esta campaña es luchar por crear una ciudad con igualdad de oportunidades. No es lo mismo vivir en el Barrio Inglés o en el Fundo El Carmen, que es donde yo vivo. Yo siento que hay “dos Temucos” y esa es la realidad que tenemos que cambiar. Se observa en detalles como la disponibilidad de los parques o en el ancho de la vereda. En general el equipamiento urbano es muy distinto. Consciente o inconscientemente hemos generado políticas públicas que hacen que nuestra ciudad sea muy segregada socialmente. 

Por eso, nos queremos hacer cargo de construir un Temuco más justo donde las personas tengas las mismas oportunidades, independiente de dónde han nacido o dónde viven. Tenemos que pensar en cómo vamos a conectar a nuestros vecinos con el resto del país y con las oportunidades que ofrece el mundo. Quizás hemos aprendido a normalizar que Temuco esté en los peores lugares de competitividad a nivel nacional, por ejemplo, pero tenemos que salir de ahí. Están todas las condiciones dadas: hay buenas casas de estudio, tenemos gente buena, con potencial, con ganas de salir adelante. Entonces lo que tenemos que hacer es armar una estrategia para que Temuco salga adelante y yo estoy dispuesta a liderarla, articulando al sector público con el privado, con la sociedad civil que es clave.

Llama la atención que tengamos tantas universidades y que no seamos una ciudad reconocida como universitaria…

Siempre digo: esta región y esta comuna tiene una tremenda oportunidad de avanzar con sus jóvenes profesionales. Yo creo que no nos hemos concentrado en mirar el desarrollo de manera integral y generar oportunidades para todos; sobre todo para que no se vayan. Tenemos algunos íconos que hacen que la gente se quede acá: tenemos un polo de desarrollo asociado a empresas de software que ha ido emergiendo de las propias universidades y de las empresas internacionales que se han venida a instalar acá, pero no hemos sido capaces de detectar otros nichos. 

Pienso, por ejemplo, que tenemos vocación agrícola y allí tenemos ventajas competitivas, pero no hemos avanzado en desarrollar más tecnología en ese ámbito para generar valor agregado. Lo mismo pasa con los temas medioambientales. Habiendo tanto capital humano avanzado y universidades de calidad, que no tenemos nada que envidiar a Santiago, entonces yo digo, ¿cómo no nos a vamos a unir como comuna para que todo eso comience a traer oportunidades de empleo o inversión?

Todos se podrían ver beneficiados…

Hay servicios que comienzan a emerger, hay culturas que se empiezan a intercambiar. A partir de un capital humano avanzado puedes crear polos de desarrollo que generan progreso para toda la ciudad. 

¿Cómo generamos políticas para que los jóvenes egresados no se vayan de Temuco?

Es fundamental desarrollar políticas públicas y programas con fondos que vengan del Gobierno Regional y el Municipio, que debe ser como el gran articulador de una casa que es Temuco, para que nuestro capital humano joven tenga las oportunidades. Me da mucha pena cuando el capital humano, súper preparado, con actitud y ganas frente a la vida, tiene que pedir perdón -casi- para encontrar un trabajo. Yo siento que hay pocas oportunidades en esta comuna y es allí donde, con fuerza, tenemos que trabajar. Hay muchas entidades internacionales que se pueden acarrear para generar oportunidades para toda nuestra gente joven y eso va a ser un motor super potente para la ciudad y sus familias.

La Municipalidad de Temuco tiene casi 5 mil funcionarios. ¿Cuál será su estilo de trabajo?

Tengo un estilo de trabajado que está marcado por esta veta de la innovación, de las buenas ideas, de la recepción. Yo valoro mucho la experiencia de los funcionarios que está en el Estado y la especialización que ha ido logrando cada uno en sus puestos de trabajo. Creo que, para generar cambios, uno tiene que partir por atraer buenas ideas y dar direccionamiento a los liderazgos, para lograr que las personas participen con sus buenas ideas. Creo que todos hoy pueden aportar; tienen ideas de cómo mejorar para avanzar en las diferentes áreas. Tenemos que abrir los espacios para la participación para ellos y los ciudadanos. Cuando ya tienes una estructura, es como una máquina que ya está aceitada y funciona; y eso es el municipio. Con direccionamiento, visión, participación, vinculación con externos nacionales e internacionales, creo que es la forma de gestión y el sello que yo podría poner a mi gestión en la Municipalidad de Temuco. Yo no creo en ese jefe que

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