
En un lamentable suceso ocurrido el día de ayer, una yegua de carreras fue sacrificada por funcionarios del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), tras dar positivo a la anemia equina, pero el proceso no estuvo exento de sufrimiento innecesario, generando indignación tanto en grupos animalistas como en el dueño del animal, quien presenció impotente el doloroso procedimiento.
El dueño de la yegua, un criador de caballos de carreras, relató con dolor cómo el animal fue sometido a una serie de procedimientos que generaron gran angustia. Según su testimonio, tras ser inmovilizada y amarrada, la yegua fue inyectada con un medicamento, lo que provocó su pánico y la hizo intentar escapar. En ese momento, los funcionarios la derribaron al suelo, no sin que el animal tropezara varias veces en el proceso, lo que solo aumentó su sufrimiento. Finalmente, una segunda inyección letal fue aplicada, dando fin a su vida de manera dolorosa.
Este caso ha generado una fuerte crítica en diversos sectores, especialmente entre los grupos animalistas, quienes no solo denuncian el trato inadecuado hacia los animales, sino que también cuestionan los protocolos del SAG para la muerte de los animales infectados. Según el criador, la situación es aún más preocupante dado que, en muchos de los exámenes realizados por el SAG, las contramuestreas de sangre enviadas a los laboratorios han dado resultados negativos, pese a que los animales ya han sido sacrificados.
Este tipo de situaciones pone en evidencia la falta de claridad en los procedimientos y la falta de sensibilidad hacia el bienestar de los animales, un tema que sigue siendo controversial en el país. La denuncia del criador y las reacciones de los grupos defensores de los derechos de los animales exigen una revisión urgente de los protocolos del SAG, con el fin de evitar que otros animales sufran de forma innecesaria en el futuro.
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