Académica de la U. Autónoma advierte posibles efectos emocionales del paracetamol

Foto: Universidad Autónoma de Chile

La Dra. María Magdalena Pérez, química farmacéutica y directora de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco, planteó nuevas interrogantes sobre el paracetamol, uno de los medicamentos más utilizados en el país. Según la especialista, investigaciones recientes sugieren que este analgésico podría influir no sólo en el alivio del dolor físico, sino también en la manera en que las personas procesan el malestar emocional y social.

“El paracetamol actúa en el sistema nervioso central, donde se transforma en AM404, un metabolito que modula receptores cannabinoides y vías serotoninérgicas, disminuyendo la transmisión del dolor hacia regiones cerebrales como la ínsula y el cíngulo anterior, también involucradas en el procesamiento emocional”, explicó la académica.

Evidencia internacional


Estudios liderados por el Dr. Dominik Mischkowski, académico de la Universidad Estatal de Ohio, han demostrado que dosis de 1.000 mg de paracetamol pueden reducir la intensidad de las emociones, tanto positivas como negativas, e incluso disminuir la empatía frente al dolor ajeno. Este fenómeno, conocido como “aplanamiento afectivo”, sugiere que el medicamento podría atenuar el llamado “dolor social”, como el rechazo o la exclusión.

“Sabemos mucho sobre los efectos fisiológicos de estos medicamentos, pero no entendemos cómo pueden influir en el comportamiento humano”, alertó el investigador en declaraciones a BBC. Sus estudios, publicados en Psychological Science, revelan que el paracetamol puede actuar como un nivelador emocional, afectando la empatía interpersonal.

Aunque la evidencia no establece una relación directa con cambios en el comportamiento social, la Dra. Pérez advierte que el uso frecuente o la automedicación podrían influir en las respuestas emocionales de manera no deseada.

Realidad nacional


En Chile, el paracetamol es el segundo principio activo más consumido, según la Encuesta Nacional de Salud entre 2009 y 2010, con una prevalencia del 10,2% en la población general. Datos del Instituto de Salud Pública (ISP) indican que entre enero y octubre de 2021 se vendieron más de 6,3 millones de unidades de paracetamol de 500 mg, consolidándose como el medicamento más distribuido a nivel nacional. En 2024, fue el producto más comprado por la Red Pública de Salud y las farmacias adheridas a la Ley Cenabast.

Sin embargo, este alto consumo también se refleja en cifras preocupantes. Entre 2019 y 2023, el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (CITUC) registró 11.039 casos de intoxicación por paracetamol, de los cuales el 68,8% estuvo asociado a ideación suicida. En tanto, en la Región de La Araucanía presentó uno de los índices más altos de toxicidad hepática, con 718 casos, de los cuales el 42,3% correspondió a dosis hepatotóxicas.

“La sobreprescripción es un problema frecuente. Pacientes con dolor crónico reciben nuevas recetas ante cuadros agudos, lo que genera prescripciones múltiples y simultáneas. Esto se traduce en un mayor riesgo de intoxicaciones y daño hepático”, advirtió la académica.

Uso racional y rol del químico farmacéutico
Frente a este escenario, la Dra. Pérez destacó la importancia de incorporar al químico farmacéutico en los equipos de salud, especialmente en el marco de la Estrategia de Cuidado Integral Centrado en las Personas (ECICEP), impulsada por el Ministerio de Salud. Este modelo busca mejorar la atención mediante un enfoque más humano, personalizado y coordinado entre profesionales.

“Uno de los principales problemas es la fragmentación en la atención. Cada especialista se enfoca en su área sin revisar integralmente la medicación del paciente, lo que puede derivar en complicaciones evitables”, explicó.

Finalmente, la académica llamó a reforzar la educación sobre el uso seguro del paracetamol, promover la revisión integral de tratamientos y fomentar el rol activo del químico farmacéutico en la prevención de riesgos asociados a la automedicación y la sobredosificación.

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