Ser mujer ¿factor de riesgo?

Foto: Michelle Alberti

La incansable lucha por la igualdad de los últimos años y/o el llamado empoderamiento femenino trae escondida una profunda tristeza por la pérdida de muchas de mujeres de una forma violenta, aunque esto no es algo reciente, en los últimos años, se podría decir que se ha despertado una conciencia de justicia sobre estos hechos, que lamentablemente estaba adormecida.  

En el año 2019, fueron 45 mujeres asesinadas por su pareja o ex parejas, según el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, además se registraron 107 femicidios frustrados.  

Si analizamos la década, la cifra asciende a 412 mujeres asesinadas por sus parejas entre 2010 y 2019.   Lo más sorprendente, es que estas cifras no han decaído, y en lo que va de año, van más de una veintena de mujeres asesinadas.  

Se cree que, durante el confinamiento, la situación de los feminicidios y la violencia doméstica ha encontrado un nuevo motivo para el repunte, por tanto, los servicios de ayuda y protección se han tenido que reinventar. Entre las acciones se reforzó el sistema de las líneas telefónicas de denuncia, también en el pasado mes de marso se promulgó una ley contra este tipo de actos.  

Ley Gabriela

 Una nueva ley que amplía el marco legal del feminicidio a todos los crímenes por motivos de género y no solo cuando el autor vivía o estaba casado con la víctima, como ocurría hasta ahora en el país suramericano.

Fue aprobada el pasado 30 de enero por unanimidad en el Parlamento, la ley considera como feminicidio los crímenes en el marco de relaciones informales o a manos de desconocidos, los cuales eran considerados como homicidios.

Para ese momento, el presidente Piñera aseguró que la legislación “cierra una ventana de impunidad” y permite “hacer justicia” en los crímenes por razones de género que hasta hoy eran tratados como “homicidios simples”.

“Sin duda la debimos haber tenido mucho antes (la ley) y quizás muchos casos que siguen ocurriendo los podríamos haber evitado”, agregó el mandatario.

La iniciativa, presentada por diputadas del Partido Comunista, es conocida como Ley Gabriela en referencia a la joven Gabriela Alcaíno, de 17 años, que fue asesinada por su expareja, que también mató a la madre de esta y que fue procesado por homicidio simple y no por feminicidio.

La nueva legislación introduce dos conceptos en el Código Penal: el “femicidio por causa de género”, para casos que se dan fuera de una relación afectiva y a manos de desconocidos solo por el hecho de ser mujer, y el “femicidio íntimo”, para parejas que no convivían y mantenían relaciones intermitentes.

Las penas irán de los 15 años a los 40 y se contemplan agravantes especiales, como por ejemplo que la víctima sea menor de edad, se encuentre embarazada o el crimen se comenta delante de sus hijos.

Tres casos, un mismo sentir

Todos los casos de feminicidio son igual de dolorosos y lamentables, sin embargo los más mediáticos los últimos tiempos han tenido un factor común la impunidad en algún aspecto. 

2014 ocurrió el asesinato de la joven estadounidense de 22 años Erica Hagan  que se encontraba realizando una pasantía en el Colegio Bautista de Temuco,  y fue encontrada muerta en el departamento en el que se hospedaba.

La joven había sido golpeada, arrastrada hasta el living y posteriormente sumergida en la tina del baño con agua hirviendo. Las pericias determinaron que no fue vejada sexualmente ni sufrió el robo de sus pertenencias. A casi cinco años, aún no existen culpables del crimen.

El primer sospechoso en el caso fue Domingo Javier Cofré, un conserje de la residencia que permaneció durante 8 meses en prisión preventiva, para luego ser absuelto. La única prueba que tenía la fiscalía contra Jofré era un atizador largo de punta que no tenía rastros de sangre de la joven, por lo que dado la falta de pistas quedó en libertad.

2019, en Temuco, se suicidó Antonia Barra de 20 años, un mes después de haber sido abusada sexualmente por el imputado Martin Pradenas, quien también tenía otras cinco denuncias por abuso sexual las cuales salieron a relucir, tras la muerte de Antonia.

En primera instancia, el Juzgado de Garantía le asigno al imputado un arresto domiciliario total, decisión que fue apelada por la fiscalía.

Por su parte, la Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Temuco decretó prisión preventiva en contra de Martín Pradenas, revirtiendo anteriormente estipulado por el Tribunal de Garantía de Temuco, donde se decretó el arresto domiciliario total y arraigo nacional de Pradenas. 

La Corte de Apelaciones determinó que la libertad de Pradenas constituye un peligro para la sociedad, de las víctimas y de la investigación de los delitos en su contra.  La prisión preventiva será por 120 días, plazo que durará la investigación. 

2020, en Villa Alemana región de Valparaiso, la joven Ámbar Cornejo de 16 años, fue hallada muerta en el patio de la casa donde vivía su madre, junto a su conviviente y único sospechoso en el caso Hugo Bustamante.

Bustamante salió de la cárcel en el 2016 luego de pagar 11 años de prisión por el homicidio de su compañera sentimental y su hijo de 9 años. En principio, la condena asignada fue de 27 años, pero el imputado logró conseguir el beneficio de libertad condicional.

Los chilenos apodaron a Bustamante como ‘el asesino del tambor’, puesto que él puso los restos de su pareja y del niño dentro de un gran tambor metálico, el cual rellenó con cal, agua y yeso.

#NiUnaMenos  

Es un movimiento que comenzó como respuesta a los feminicidios ocurridos en Argentina, y que en Chile tiene su inicio el 19 de octubre, día en que se convoca, a nivel nacional, a marchar contra la violencia feminicida.

“Ni Una Menos Chile es el estallido de la memoria feminista. Un grito de resistencia, lucha, dolor que recorre Latinoamérica por la negación de una vida libre de violencias que atraviesa a las mujeres.

¿Qué se necesita para no seguir viviendo en riesgo?

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