
Quienes hoy están en paro relataron sus hazañas y preocupaciones a PrensaCiudadana cuando pasan por La Araucanía.

Llamarse entre colegas, detenerse en lugares sólo con iluminación, bajar la velocidad a casi 40 kilómetros por hora o buscar rutas nuevas, es parte de las hazañas que deben realizar los camioneros cuando pasan por La Araucanía.
Es que parece anecdótico que el primer pueblo de la región se llame Esperanza y el último se llame La Paz, dos puntos clave para quienes han optado por ser camioneros, muchos de ellos hijos y nietos de transportistas que amaban este trabajo pero que hoy se ha convertido en toda una proeza.
Son más de 547 los camiones quemados por desconocidos, acciones que han implicado la muerte de un padre de familia y un baleo de una niña de 9 años este año, y que obligó a los camioneros a decir no más y movilizarse por seguridad.
Abel Rebolledo, se emociona al hablar de lo que debe soportar cuando pasa por la ruta, su padre y hermano son camioneros, y por lo mismo le gustaba este trabajo que ahora vive con inseguridad.
“Lo que la gente no entiende es que estamos luchando por una causa justa. No estamos con la violencia sino con una causa por la que queremos tener seguridad. Cuando uno viaja, desde el peaje Las Maicas, uno anda con los 5 ojos abiertos, nos llamamos con la familia a cada rato para saber si pasamos o no por La Araucanía, bajamos la velocidad y vamos pendiente de todo, cuando uno duerme en los puntos de descanso estamos todos coordinados porque además son muy estrechos y así pasamos por la región”, dijo a PrensaCiudadana.
Cuenta que el problema es que a ellos le piden cumplir con el horario de 10 a 12 horas para llegar de Santiago a Puerto Montt y al pasar por la región obligadamente deben bajar la velocidad. “Debemos cumplir con los horarios (…) también con la familia que nos llama (…) nos da miedo no llegar a la casa, miedo de no ver más a nuestra familia y eso no puede ser porque nos obligan a pasar de noche en una ruta que no nos da seguridad”, cuenta con sus ojos llorosos.
Jonathan Ojeda, es otro de los camioneros movilizados, trabaja hace 5 años en la carretera y asegura que a veces debe quedarse en Los Angeles a dormir para que la noche no lo encuentre en la ruta de La Araucanía.
“Nos roban, nos queman y uno pasa todo preocupado por esta ruta. A veces, cuando llega la noche, nos preferimos quedar en Los Angeles cuando vamos al sur y de vuelta en Freire, ahí dormimos para que no nos pase nada”, agregó.
Reclama que el problema que es que no hay personas detenidas, que no hay culpables y que ello le llama la atención pues día a día hay delitos que los afectan.
“El tema es que llevan años y eso es lo más raro que no se encuentran a los terroristas en la carretera y acá no se hace nada por nosotros”, agregó.
Jorge Carvajal, lleva 30 años trabajando, en buses primero y ahora en camiones, pero que hace 10 años la situación ha sido más grave y este último año peor.
“Siempre hemos tenido temor, pero hace unos 10 años se complicó mucho más. Acá nunca ha pasado nada con el tema de la seguridad que ya no da para más porque hay que estar en el pellejo de nosotros o nadie lo va a entender”, sentenció.
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