
Según el odontólogo de la Universidad de la Frontera y Magister en Gestión Estratégica Organizacional, esta crisis sanitaria dejó de manifiesto la necesidad de replantear nuevos modelos y programas innovadores, que busquen incluir a los cirujanos dentistas como parte del sistema de salud integral.

El pasado domingo se cumplió un nuevo aniversario de la promulgación de la Ley 3.301 que en el 1917 dio vida legal al título universitario de Cirujano Dentista. Son 103 años que fueron celebrados por todo el mundo de la odontología, tanto los ya titulados como los estudiantes y el mundo académico que lo rodea.
Eso sí, este año, la celebración tuvo un carácter especial y con un grado de cuestionamientos desde sus integrantes, esto debido a que no fueron considerados por el Ministerio de Salud (Minsal) como apoyo en la trazabilidad del COVID 19, como parte del equipo de salud integral.
En esta ocasión, y tras esta larga pandemia que estamos sufriendo a nivel global, el mundo de la odontología chilena se replanteó varias problemáticas, pero sobre todo en la necesidad de generar cambios en el sistema de salud chileno, ya que quedó de manifiesto la nula consideración ante eventuales crisis sanitarias.
En ese sentido, el cirujano dentista Christian Rodriguez Salazar, quien cuenta con un Magister en Gestión Estratégica Organizacional en la Facultad de Economía de la Universidad Diego Portales y un postítulo en Filosofía en Ciencias Cognitivas y Biología, aseguró que existe la necesidad como carrera de replantear muchas aristas que ahora, con esta actual pandemia, quedaron demostradas como falencias del sistema en general, tanto académico como laboral
Asimismo, el ex alumno de la Universidad de la Frontera, aseguró que resulta de vital importancia abordar y revisar los programas de estudios odontológicos en Chile y la región, no tan solo en los aspectos relacionados a la formación de competencias específicas, sino que, en relación a las competencias transversales de los futuros profesionales, con el fin de entregar una formación responsable y comprometida con los cambios para los estudiantes de manera general y específica, incluido un modelo de educación preventiva de innovación 2.0 en la educación, en salud con los pacientes, para la población chilena y sobre todo en la Región de la Araucanía.
No obstante, agregó que resulta imprescindible una transformación de nuestro actual sistema de educación en salud en general y de la regulación de la enseñanza de la odontología en particular, ya que actualmente se ha convertido en una carrera icono de la desregulación, en cantidad por habitante, desde el punto de vista educativo y de las necesidades país, para estar casi exclusivamente definida por variables de mercado y por ende con sus consecuencias económicas para los profesionales egresados actuales.
“La carrera de odontología cumple 103 años y hemos estado en el ojo del huracán en estos tiempos de pandemia, principalmente porque se ha dado con una fuerte cantidad de odontólogos, lo cual hace muy crítico el tema laboral. Sin duda tenemos que replantearnos un modelo mucho más avanzado, transdisciplinario y con nuevos paradigmas universitarios. Hoy en día el ministro Paris habla de una Dirección Nacional de Odontología, pero no vemos que haya cambios en las facultades ni en las mallas curriculares. Creo que tienen que unirse pregrado y postgrado y ser coherentes. Conociendo la zona de la Araucanía, hay muchas profesiones que tienen que avanzar a medios más interculturales, tecnológicos, sociales, financieros y humanistas. Sin duda la carrera de odontología en Chile y el mundo deberá replantearse los paradigmas y alcanzar un desarrollo organizacional y cultural para poder enfrentar no solo las pandemias sino que además las nuevas enfermedades de la odontología moderna”, explicó Rodríguez.
Finalmente, el odontólogo comentó la necesidad de descentralizar el poder, en relación a las facultades, y de cambiar el paradigma educativo, avanzando a una odontología más vinculante en lo social y en lo humano.
“Creo que la carrera debe replantearse a nuevos modelos y programas innovadores en relación a los cambios digitales. Creo que los futuros odontólogos no pueden seguir manteniéndose en este diseño organizacional. Sin embargo, lo que debemos hacer es empezar a fusionar las facultades, desarrollar esta transdisciplina, sobre todo en la salud general y sobre todo ver a los odontólogos como parte del sistema de salud integral y no aislarlos. Creo que se debe descentralizar el poder, tanto en las facultades como en las nuevas formaciones de docentes, donde las competencias técnicas son el piso. Los odontólogos tenemos y debemos cambiar el paradigma educativo, desde una matriz sistémica y seguramente, con los datos, avanzar a la complejidad, a una odontología mucho más vinculante en lo social y en lo humano, y sobre todo, debemos tener una participación activa en los cambios y en las reestructuraciones sociales que Chile necesita”, sentenció
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