Ayer en el Servicio Médico Legal se retiró el cuerpo del trabajador que fue asesinado tras recibir una baja en su ojo derecho. Su cuerpo está siendo velado en la Iglesia Metodista de Collipulli.
Durante más de 5 horas estuvo la familia de Pedro Cabrera, el trabajador muerto con un impacto de bala, esperando que se les entregue el cuerpo de este padre de 2 hijas en las afueras del Servicio Médico Legal. Estaban aún choqueados por lo ocurrido, y es que a sólo un kilómetro de distancia de la casa donde vivía con su esposa, fue asesinado por desconocidos de manera violenta.
Jeny Flores, la esposa del trabajador, no podía contener su rabia y dolor por ocurrido a este trabajador, que junto con él pertenecen a la Iglesia Metodista, en la cual desde ayer están velando el cuerpo del trabajador en el sector rural de Collipulli,
“Mi marido era un hombre ejemplar, un hombre cristiano, un buen proveedor, un buen padre da familia y por eso nos duele tanto que le haya pasado esto porque la muerte fue muy violenta. Yo no se lo doy a nadie”, aseguró entre lágrimas.
Dijo que la situación en el sector de Collipulli se ha vuelto complicada, tanto así que todos los días se encomendaban a Dios para no perder la vida, “Nosotros estamos con miedo porque no sabemos si vamos a llegar con vida. En el trayecto desde Collipulli a la casa, estamos siempre pidiendo al Señor que nos resguarde porque en cualquier momento nos llega una bala o una pedrada. Son personas que están bajo de una capucha que no se identifican” agregó
Junto al hermano del fallecido, al gobernador de Malleco Juan Carlos Beltrán y al alcalde de Collipulli, retiraron el cuerpo del hombre, quien será despedido hoy, sin antes pedir justicia.
“Lo que pedimos es justicia para mi marido, porque esta es la gota que rebalsó el vaso. Queremos que este termine, que ya no haya mano blanda para estos criminales y homicidas. Han dejado 2 hijas, una de 15 y otras de 5 sin un papá, yo soy una mujer joven pero siempre los niños necesitan a sus padres y alguien que nos respalde porque yo sola no voy a poder. Me he sentido respaldada pero le pido al Presidente que ponga mano dura, que vea que son unos pocos los que ensucian esta región, que llevan el miedo a las personas de trabajo, que son humildes y que como mi marido se levantan todos los días a trabajar”, finalizó tras acompañar a su marido en su despedida.
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