
Por Carlos Leva, periodista.
En una versión moderna del cuento de Pedrito y el lobo, el sur de Chile vive una parábola donde los lobos no son animales, sino distorsiones de mercado. Y es que, pese a las numerosas promesas que se escuchan año tras año en diversos eventos del agro y del empresariado agroindustrial, los agricultores siguen enfrentando una realidad donde unos pocos se benefician a expensas de muchos, ante la vista ciega de los gremios.
Estas distorsiones permiten que un pequeño grupo de actores, apodados los “incumbentes”, acumulen riquezas y poder, mientras el agricultor, productor promedio, lucha por sobrevivir. Los oligopsonios, que son situaciones donde pocos compradores dominan el mercado, han forzado a los agricultores a vender a precios que no reflejan el verdadero valor de sus productos. La concentración de poder y riqueza en manos de unos pocos no solo es injusta, sino que socava los principios del libre mercado y la competencia justa.
La verdadera tragedia detrás de este cuento es que la violencia más palpable en el sur de Chile no es física, sino económica. Los agricultores están siendo estrangulados por un sistema que les roba su dignidad y sus medios de subsistencia. Las constantes promesas de cambio, similares a los gritos de “viene el lobo” de Pedrito, han dejado a muchos sintiéndose traicionados y abandonados.
En definitiva, nuestro “Pedrito” es “Toñito”, el flamante presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, SNA, que está muy lejos de representar y defender los intereses de los pequeños y medianos agricultores.
Por ello, a medida que se acerca la “Primera Cumbre Agrícola del Sur de Chile”, es imperativo que se aborden estas distorsiones de mercado de frente. Pero, debemos recordar que la solución a la violencia física no es inundar la región con más medidas restrictivas. La auténtica solución está en poner fin a la violencia ejercida contra el libre mercado y en restablecer la equidad y justicia económica, los verdaderos motores para promover la paz social. Es hora de cambiar el rumbo y de actuar en beneficio de los verdaderos protagonistas del sur de Chile: sus agricultores.
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