
Hace tres tres años que la joven emprendió su viaje a Chile, radicándose en Temuco, región de La Araucanía, aunque contaba con su título de medicina, su primer trabajo no fue nada cercano a lo que estaba acostumbrada.

Con miedos pero con mucha esperanza y fe en Dios, llegó a la región de La Araucanía, la médico cirujano Cristina Soto oriunda de Venezuela, sin pensar que tras lograr la revalida de su título, le tocaría ejercer su profesión en medio de una pandemia mundial y en un país desconocido.
Fue hace tres tres años que la joven emprendió su viaje a Chile, radicándose en Temuco, región de La Araucanía, aunque contaba con su título de medicina, su primer trabajo no fue nada cercano a lo que estaba acostumbrada.
“Mr. Sushi” fue su primer empleo en Temuco donde aprendió a preparar sushi, entre otras cosas, “fue una experiencia bastante distinta a lo que estaba acostumbrada que era ejercer mi profesión, pero agradezco todo lo nuevo que aprendí como hacer sushi entre otras cosas de cocina, trabaje durante 1 año allí”
Lo que Cristina nunca imagino, es que tras esa experiencia, y obtener finalmente la revalida de su título de medicina, le tocaría ejercer en una pandemia.
Preguntas sin respuestas
Fue la comuna de Teodoro Schmidt, la cual le “abrió las puertas” a Cristina para finalmente conseguir el anhelo por el cual había luchado, y poder ejercer su profesión, hace ya dos años.
Sin embargo, la joven admite que trabajar en pandemia, fuera de su país en un principio fue muy difícil, “fue nuevo para todos, relativamente un reto, tanto mental como físicamente, momento de mucha tensión, estrés, de preguntas sin respuestas, el miedo de contagiarme, el cambio totalmente de todo, la relación de contacto con médico paciente, pasó hacer médico-Teléfono-paciente”
Tras casi un año, la joven admite que muchas preguntas han sido respondidas y que se siente bendecida poder ejercer su profesión y aportar a su segundo hogar, “mi Chile querido”.
“Ya a casi 1 año en esta lucha siento que muchas preguntas han sido respondidas, hemos aprendido a vivir con el covid, al estar cubiertos con del EPP (equipo de protección personal) nuestros pacientes no conocen nuestro rostro por completo, solo nos reconocen por la voz o nuestros nombres, ha sido difícil, pero aquí seguimos en esta lucha, a pesar que me tocó luchar con esta pandemia lejos de mi país, me siento realizada trabajando y luchando” expresó.
Aunque sus aspiraciones ya las esta cumpliendo en este país, esta joven médico aún espera poder realizar un postgrado, para lograr un mayor crecimiento como profesional.
Agregó que todo lo que ha logrado es “gracias a Dios que nunca me falta , mi familia a pesar de la distancia con su amor incondicional, siempre están, mis Fami-Amigos y mi valentía, además de levantarme en momentos difíciles, son los que hacen que me de fuerza de seguir”
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