
La Araucanía no solo es tierra de volcanes, lagos y bosques milenarios, también es un territorio con una identidad gastronómica única, forjada en la convivencia entre la naturaleza y la cultura mapuche. Sus sabores, transmitidos de generación en generación, rescatan tradiciones culinarias que hablan de respeto por la tierra, uso consciente de los ingredientes y un vínculo espiritual con la comida.
La base de la cocina ancestral mapuche se encuentra en productos locales como el merkén, el piñón (fruto de la araucaria), el muday (bebida fermentada de cereal), y diversas preparaciones con maíz, papa y legumbres. Estos ingredientes no solo alimentan el cuerpo, sino que también cumplen un rol ceremonial y simbólico en la vida comunitaria.
Platos como el catuto (masa de trigo cocido), el mültrün (pan de papa), y el cazuelón de ave con piñones, son ejemplos de una cocina de origen humilde, pero rica en sabores y saberes. En los fogones rurales de la región, aún se prepara la comida en leña, con tiempos lentos que respetan los ritmos naturales y resaltan los aromas ahumados y terrosos.
En los últimos años, la gastronomía de La Araucanía ha comenzado a ocupar un lugar central en el turismo cultural. Restaurantes y cocineros locales han impulsado una revalorización de los productos ancestrales, combinando técnicas tradicionales con enfoques contemporáneos. Así, platos con historia se reinventan sin perder su esencia.
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