
La cooperativa Rewe se encuentra apoyando el trabajo de 200 familias mapuche, fortaleciendo vínculos con su cultura y en alianza con la empresa privada.

Hace doce años, un grupo de agricultores de las comunidades indígenas de Cholchól decidió que la única forma de salir de la pobreza era hacer fértiles sus tierras y trabajar unidos. Buscaron un rubro rentable y ése fue el de los berries.
En 2011 constituyeron la Cooperativa Rewe con 22 integrantes y hoy suman 142 asociados que explotan principalmente frambuesas, arándanos y frutillas, en un total de 36 hectáreas propias distribuidas en cinco comunas de las regiones de La Araucanía y Biobío. Los planes son tener 200 hectáreas cultivables para el 2020.
Jorge Reinao, su presidente, nos cuenta que la cooperativa se ciñe al modelo productivo mapuche, “basado en la solidaridad”, y que la mística que los mueve para abrirse paso en los mercados es “pensar siempre en grande”, potenciando una adecuada autoestima del colectivo. Sin embargo, reconoció que “el comienzo no fue fácil”, sobre todo cuando tuvieron que empezar a facturar y mostrar movimientos financieros.
Hoy, con más de 200 familias mapuche asociadas, son un ejemplo de emprendimiento. Su secreto ha sido la capacidad de desarrollo y la escalabilidad del proyecto, ya que estos procesos productivos se llevan desde “dentro de la comunidad y no desde fuera” proveyendo todas las herramientas para su crecimiento y el alejamiento paulatino de la pobreza.
Fuente: Cooperativa Rewe / Indap.
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